Dios es dueño de todo. Es dueño del cielo y la tierra (Deuteronomio 10:14). Le pertenecen los animales (Salmo 50:2, 8). Le pertenecen nuestro cuerpo y nuestra vida (1 Corintios 6:20).
Somos mayordomos de Dios. El Señor quiere que actuemos como sus mayordomos (S. Mateo 25:14; Salmo 8:4-8). Nos da la fuerza para acumular riquezas (Deuteronomio 8:18; Proverbios 10:22). Pero nos insta a no tener amor al dinero (1 Timoteo 6:10). Debemos ser mayordomos fieles (1 Corintios 4:1, 2). Hay que dar conforme a las bendiciones que Dios nos haya concedido (Deuteronomio 16:17). Donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón (S. Lucas 1 2:33, 34).
COLABORADORES CON DIOS
El Hacedor es también el gran proveedor. Nos da la vida, el sustento y el conocimiento de la verdad. Como demostración de su amor, nos hace sus colaboradores. Lo que Dios nos pide no es porque lo necesite, sino para que recordemos nuestra dependencia de él y para establecer una sociedad beneficiosa para nosotros.
El Hacedor es también el gran proveedor. Nos da la vida, el sustento y el conocimiento de la verdad. Como demostración de su amor, nos hace sus colaboradores. Lo que Dios nos pide no es porque lo necesite, sino para que recordemos nuestra dependencia de él y para establecer una sociedad beneficiosa para nosotros.
EL DIEZMO
El diezmo es la décima parte de las ganancias, y pertenece a Dios (Levítico 27: 30; 1 Crónicas 29:12, 14). Abrahán daba su diezmo a Dios (Génesis 14:20; Hebreos 7:1-7). También Jacob lo daba (Génesis 28:22). Era práctica habitual del pueblo hebreo (2 Crónicas31:5. 6; Nehemías 10:37, 38). Nuestro Señor Jesucristo aprobó dicha práctica (S Mateo 23:23).
"El sistema especial del diezmo se fundada en un principio que es tan duradero como la ley de Dios. Este sistema del diezmo era una bendición para los judíos; de lo contrario, Dios no se lo hubiera dado. Así también será una bendición para los que lo practiquen hasta el fin del tiempo" (Elena G. de White, Joyas de los Testimonios, T. 1, Pág. 385).
USO SAGRADO DEL DIEZMO
El diezmo siempre fue usado para el sostenimiento del culto y sus ministros (Números 18:21). Es muy clara la enseñanza bíblica de que los ministros deben ser sostenidos económicamente para poder dedicarse exclusivamente al ejercicio de su ministerio (1 Corintios 9:13, 14; S. Lucas 10:7).
La iglesia Adventista usa el diezmo que sus miembros dan generosamente para predicar el Evangelio y sostener a los ministros. De esa manera, cada centavo es empleado directamente en la obra de Dios. Se forma así una cadena de salvación; Ud conoció la verdad porque otros fueren fieles en dar su diezmo, ahora Ud. colabora para que otros tengan el mismo bendito privilegio.
COMO SE DA EL DIEZMO
Los que tengan cualquier clase de comercio dan el diezmo de las ganancias. Quiere decir que si en un mes entran en su negocio $10.000,00, hay que descontar el costo de la mercadería, los gastos de sueldos, renta, luz, etc. De lo que queda como ganancia neta, se da el diezmo. Los que tienen sueldo, siendo que todo t ganancia, dan el diezmo del sueldo.
El diezmo se da a la iglesia a la cual se asiste. Para ello la iglesia provee un sobre especial en el cual se anota la cantidad el nombre. El tesorero de la iglesia extenderá un recibo. El tesorero envía el diezmo a la oficina central de la iglesia desde donde se distribuye equitativamente en todo el territorio.
OTRAS OFRENDAS
El diezmo es lo que devolvemos a Dio porque le pertenece. Nuestra dadivosidad se mide por las ofrendas. Las ofrendas que damos en el culto denominado Escuela Sabática, se destinan a la extensión de Evangelio en las misiones extranjeras. La ofrendas que damos en el culto divino son para los gastos de nuestra propia iglesia. A veces damos ofrendas para proyecto especiales. La Santa Biblia nos recomienda ser generosos al dar nuestras ofrendas ( I Crónicas 16:29; Salmo 96:8; S. Marcos 12:41-44).
MARAVILLOSAS PROMESAS DE DIOS
En el sistema de los diezmos y ofrendas en realidad Dios nos propone una sociedad. Él, que es el dueño de toda la riqueza, nos invita a participar de las inmensa bendiciones que es capaz de derramar. Es por eso que nos pide que demos con abundancia y alegría (2 Corintios 9:6, 7). Él promete cuidarnos en todo momento (Hebreos 13:5, 6). Nos asegura que podemos probarlo en su promesa de concedernos bendiciones hasta que sobreabunde (Malaquías 3:10, 11 Proverbios 11:24, 25).
TODO PERTENECE A DIOS
1. ¿A quién pertenece el universo? (Salmo 24:1)
2. ¿Qué enormes riquezas posee Dios? (Hageo 2:8)
3. ¿Gracias a quién obtenemos nuestros bienes? (Deuteronomio 8:19,18)
LA PARTE DE DIOS
4. ¿Qué proporción de nuestros ingresos pertenece a Dios? (Levítico 27:30, 32)
5. ¿De cuánto tenemos que dar el diezmo? (Génesis 28:20-22)
6. ¿Para qué se emplea el diezmo? (1 Corintios 9: 13,14)
7. ¿Qué maravillosa bendición promete Dios? (Malaquías 3:10)
¿QUÉ DEBO HACER?
1. Ser un fiel administrador de los bienes de Dios (S. Mateo 24:14; 28:19)
2. Ser socio de Dios (Proverbios 11: 24, 25)
3. Dar con alegría (2 Corintios 9: 6, 7)
MI RESOLUCIÓN:
Quiero ser socio de Dios. Prometo dar con alegría lo que pertenece a Dios.
Acepto ................................
Calificación................................ Instructor............................................
0 comentarios:
Publicar un comentario